Terror en la casa del Juez... Parte 4/5

Relatos inquietantes
Estos relatos fueron escritos por los alumnos de 1er. Año turno tarde. Están inspirados en el cuento “La casa del juez” de BramStoker, el mismo autor de la famosa novela Drácula. La casa a la que se refiere el cuento se encontraba en un tranquilo pueblo. Había pertenecido a un juez muy temido por sus crueles sentencias. Desde que el juez murió, ha habido algo en la casa. Algo sombrío que aguarda escondido a quien se atreva a cruzar por el umbral. Veamos … ---------------------------------------------- Tamara Aima1º. 2ª------------------------------------------------------------------ Cuando se acercaban mis últimos exámenes,decidí ir a un pueblo para poder estudiar y alejarme un poco de la Ciudad. El pueblo se decía que era muy tranquilo y pacífico. Entonces preparé mis maletas y partí. Cuando llegué yo estaba preocupado, porque necesitaba estar en un lugar, con el tiempo suficiente paraestudiar. Se acercaba la noche, y aún no encontraba ningún lugar. En el camino encontré un hotel en el cual decidí quedarme para que el siguiente día siga con mi búsqueda. Amaneció, entonces salí a recorrer el pueblo en busca de un lugar dónde pudiera alojarme temporalmente. De pronto encontré un lugar muy inspirador donde se encontraban casas muy agradables, miré una y otra...y otra. ¡Me cansé, creía que no encontraría ninguna!¡Pero en el último momento encontré una casa interesante, decidí mirarla! La casa era antigua y tenía cosas viejas e inservibles. ¡Aun así decidí quedarme! La casa era muy interesante. Entonces hablé con elabogado Henry que me dijo: “Es un placer señor William haber encontrado una persona que le haya agradado esta vieja casa.” La casa sería mía a partir del día siguiente. Al día siguiente, ordenando mis cosas en la casa me encontré con unos cuadros llenos de polvo. En uno aparecía un hombre sentado en una gran silla. Salí a buscar a una persona que se encargara de la limpieza. Encontré a una señora muy agradable, la señora Conni. Al momento de decirle donde me quedaría, me miró asombrada. –Si fuera tú no me quedaría en la casa del juez. –¿La casa del Juez? ¿Por qué no debería quedarme? – dije. La señora Conni me explicó que la llamaban así porque hace mucho tiempo atrás había sido la morada de un Juez muy temido porsus severas sentencias y su hostilidad hacia los presos en el Tribunal, también se decía que un estudiante se había quedado en la casa del Juez y tiempo después apareció colgado en la campana,con la soga que usaba el verdugo para colgar a las víctimas del Juez. Lo que dijo me atemorizó, se acercaba el anochecer, entonces agarré mis libros y empecé a estudiar, siempre leyendo en voz alta, para practicar la lectura. Pasaron tres horas y empecé a escuchar un sonido muy extraño, chillidos deratas. Recordé lo que me contó la señora Conni y me dio un escalofrío. Me quedé quieto, sentía que el corazón se me salía. Luego de un rato el ruidodesapareció. Atemorizado me levanté y me fui a dormir. Al siguiente día la señora Conni vino a ayudarme con la limpieza. Llegó la noche y empezaron los ruidos, esta vez eran más fuertes. Yo seguí estudiando sin darle importancia a los ruidos que me atormentaban. Desvié la mirada mirando a la chimenea: en la silla que estaba a su costado apareció una rata gigante con una mirada aterradora. Agarré unos de los libros lentamente, lancé uno y otro. Ella ni se movió.Yo aterrado corrí a ahuyentarla. Ella con un horrible chillido corrió dirigiéndose a un cuadro y se escondió detrás de un viejo retrato. Me acerqué mirando el retrato, ya no había polvo en él. La señora Conni lo había limpiado. En el retrato estaba un hombre con la misma mirada horrible y escalofriante, sentado al lado de chimenea. Luego recordé que la señora Conni me dijo que aquí vivía el Juez. Entonces lo reconocí, era la casa del Juez. Me alejé lentamente y fui por un vaso de agua. Dirigí mi mirada lentamente y aterrorizado, en el cuadro no había nada, segundos más tarde escuché el ruido de las ratas cada vez más fuerte. Miré alrededor,en la misma silla que estaba la gigante rata apareció el Juez, mirándome. Di unos pasos hacia atrás, y empecé a gritar “¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!” El Juez se paró y dio unos pasos hacia mí. Las ratas corrían por mis pies. Me quedé como una estatua. El ruido de los gallos y personas dirigiéndose ala Casa. Empecé de nuevo pidiendo ayuda: “¡Ayuda! ¡Por favor!” El Juez puso sus manos frías en mi boca, el ruido de la puerta sonaba. Me liberé de las manos del Juez. De repente él desapareció y la puerta se rompió. Las personas entraron preguntándome lo que me había pasado. En el cuadro estaba el Juez sentado y mirándome fijamente con una mirada maligna. Agarrando todas mis cosas me marché de la casa, aterrorizado y feliz de estar vivo.

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