Lo cotidiano

Reflexiona hoy: Tobías Padrón 5to 4ta

Cuando lo cotidiano se ve amenazado y la rutina cambia drásticamente, los humanos solemos recurrir a la nostalgia, como un elemento particular de nuestras memorias, Tratando de comparar el presente con el pasado.
Pocas son las ocasiones en las cuales suelo sentir nostalgia puesto que como individuo racionalizo que el presente volverá a convertirse en recuerdo y ese recuerdo en nostalgia, por ende, suelo querer escapar de ese bucle.
Pero últimamente me encuentro ante este tipo de situación en la cual me pregunto una y otra vez “¿Qué estaría yo haciendo ahora mismo si la cuarentena no estuviera en pie? ¿Si este virus nunca hubiese existido en un primer lugar?” esto me llevo a darme cuenta de mi añoro por lo cotidiano y un cierto sentido de nostalgia que hasta ahora no había experimentado.
Decidí usar esta premisa como una especie de ejercicio mental y me propuse escribir 3 poemas cortos a objetos cotidianos que hoy se encuentran con polvo a falta de su uso, objetos que yo siempre tenía encima al salir de mi casa, como si fuesen amuletos de buena suerte que me prometían mi sano regreso. Y que hoy, cuando ya no hay ningún lugar del que regresar, se encuentran como meros objetos inanimados esperando por su nueva oportunidad para brillar.

El llavero:
“Decorado y colgado, con llaves que abren puertas de muchos lados, el pinchar en mi bolsillo no lo he olvidado.

Siempre a mano, por si daba la casualidad de que llegara a casa antes de lo acordado.

Acompañándome a todos lados, recordándome a donde volver si algún día me siento acorralado.

Puede que las llaves que lleves cambien y que los días pasen, pero no importa lo ahogado que me sienta, mi hogar sigue siendo el mismo.”

La mochila:

“Desde abrigos hasta libros, desde viandas a botellas, innumerables son las cosas que llevaste dentro que se podría decir que hasta había estrellas.

Estrecha y fiel compañera, a la que habré insultado más de una vez al no encontrar la billetera entre tus bolsillos y carpetas.

Me genera tristeza verte vacía al costado de mi pieza, pensando que quizá tu utilidad fue desecha el día que nos atacó esta pandemia.

Pero al mal pasar, buena cara. Y caras serán las aventuras y viajes a los que te llevare el día de mañana.”



La sube:

“Tarjeta magnética, cargada de esperanzas, te veo fijo al esperar el colectivo que viene con tardanza.

qué problema sería perderte a vos y a tu color azulado, porque sin vos, no vuelvo a casa sano.

Sé que mejores tiempos habrás visto, pero de caseros a devoto 20 pesos es un poco caro, por favor señor colectivero no me deje varado.

Mejor no hablar de la inflación, porque estamos todos hasta las manos, tengo saldo negativo y vengo adquiriendo deuda desde los 13 años.”


Y con estos poemas concluyo mi mirada hacia esos objetos que hace tan solo 3 meses me acompañaban a todos lados, pero espero pronto poder volver a utilizarlos con la normalidad que los usaba previo a toda esta situación.

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